El humedal de Arauco ubicado en la Región del Biobío en la cuenca del río Carampangue, tiene un tamaño de 204 hectáreas. Mientras el Humedal de La Chimba, cuenta con una superficie de 2,21 hectáreas, y presenta un ecosistema singular para el paisaje desértico de la costa de Antofagasta.
Por decisión unánime, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad que revisaba las solicitudes y expedientes, aprobó como Santuario de la Naturaleza al Humedal Arauco y el Humedal La Chimba. Si bien son ecosistemas con características diferentes, en ambos se busca la conservación de la diversidad de hábitats, y la mantención de sus servicios ecosistémicos como aminoramiento y control de inundaciones, regulación hidrológica y los refugios para especies que se alimentan y descansan en ellos.
Humedal Arauco Desembocadura Río Carampangue (Biobío)
Por votación unánime del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y tras casi dos años de trabajo, se logró un gran paso en beneficio de la protección y conservación de este ecosistema acuático.
Se trata del Humedal Arauco Desembocadura Río Carampangue, que logra la categoría de Santuario de la Naturaleza tras cumplir con todos los requisitos técnicos.
El humedal Arauco Desembocadura Río Carampangue cuenta con más de 200 hectáreas, donde se velará por la protección y conservación del ecosistema. Cuenta con una amplia diversidad: 67 especies de flora, un 63% está representado por malezas alóctonas y sólo el 37% son nativas.
Además, destacan varias especies de invertebrados, 4 especies corresponden a peces, 2 de anfibios, 4 de reptiles, todos nativos. También se encuentran 119 especies de aves residentes y migratorias.
Con esta noticia, la provincia de Arauco cuenta con su segundo Santuario de la Naturaleza en un año, junto con la Reserva Natural El Natri, de la comuna de Contulmo.
Humedal La Chimba (Antofagasta)
El Consejo de Ministros para la Sustentabilidad también declaró Santuario de la Naturaleza al Humedal Aguada La Chimba de Antofagasta.
Con esta determinación se protegerá 2,24 hectáreas, cuyo principal objeto de conservación es el caracol de la Chimba (Heleobia chimbaensis), especie en categoría vulnerable.
Este lugar es reconocido como un Humedal Urbano con alto valor paisajístico y hábitat para especies endémicas de este tipo de ambientes.
El humedal presenta un ecosistema cuya vegetación se mantiene gracias a los afloramientos de agua subterránea, que provienen de dos vertientes:
“El Rubio” (de norte a sur): utilizado como reposadero de aves marinas migratorias y residentes y “Chimbanito”: un escurrimiento de agua.
En este hábitat encontramos al corredor de Atacama (Microlophus atacamensis), la araña tigre plateada (Argiope argentata) y el caracol de la Chimba (Heleobia chimbaensis).
Medidas de protección para los Santuarios
Según señala el ambientalista, ingeniero civil e integrante de la Red Plurinacional de Humedales, Carlos Bonifetti, “la figura de santuario si bien es importante y va en la dirección correcta, no asegura su protección per se, ya que muchas veces en la práctica esta figura es poco efectiva. Esto ocurre especialmente cuando los humedales están insertos en sectores urbanos, donde reciben mucha presión de las actividades humanas y se encuentran en una situación de vulnerabilidad dependiendo de lo que hagan los propietarios. Además, hay problemas en temas de fiscalización, ya sea derechamente por omisión por parte del Estado o también por falta de personal e infraestructura para vigilar y proteger estos ecosistemas”.
“A pesar de esto, un mecanismo que es muy útil para la protección de estas zonas es que cualquier actividad que se desea realizar debe ingresar mediante un estudio de impacto ambiental, figura que es mucho más exigente en temas de mediciones de impacto, línea base y participación ciudadana”, finalizó.